La música atraviesa nuestras vidas por entero, haciendo que algunas melodías se nos queden como una especie de cicatrices que tienen tanto que ver con nuestra identidad y nuestra historia, que de alguna manera forman parte de lo que somos. (Me salió muy Peter Capusotto. Jeje! )

Hoy voy a compartirles una canción que nunca escucharon, pero es muy importante para mí. ¿Pero por qué es tan especial? Por tres razones: En principio porque es una canción esencialmente viajera. En segundo lugar, porque sólo la conocemos dos personas: Su autor y yo. Y por último, porque tiene una historia maravillosa que habla de mí, de mi viaje, de la amistad y de este blog como vínculo y como un medio de transporte.

El compositor de esta canción se llama Mariano, pero no soy yo. Además del nombre, compartimos el mismo amor por la música, algunos ensayos juntos, un único recital, incontables cervezas y una amistad de muchos años. Hubo un día, (uno de esos que es preferible no recordar) en que las circunstancias de la vida, que no siempre dependen de nuestra voluntad, hicieron que todas esas coincidencias tomarán distintos caminos.

Pasaron más de dos años y mucha agua bajo el puente desde aquella tarde en que nos miramos y nos dimos cuenta que ya nada iba ser igual. Él lo entendió así y yo pude comprenderlo. Nunca más volvimos a vernos. El tiempo cambió mi vida y creo que también la suya. El fantasma se transformó en recuerdo, el recuerdo en nostalgia y la nostalgia en una piedra en el zapato que el destino se ocupó de sacar.

Resulta que mientras yo deambulaba por Venezuela, a miles de kilómetros de distancia, Mariano estaba organizando su sueño de viajar por Europa. Las casualidades de la vida (o no), hicieron que su búsqueda lo llevara a que entre los cientos blogs de viajes que existen, se vaya a topar con el mío. Fue entonces, en el punto exacto en que nuestros caminos estaban más alejados, el momento en que se volvieron a cruzar y todo aquello que compartíamos se actualizó como por arte de magia, como antes pero distintos.

Una mañana, encendí la computadora como siempre y me encontré con un email que fue una de las cosas más lindas que me regaló este blog. Les confieso y le confieso que yo no podría haberlo escrito. Estamos en una edad en que uno se sienta frente al viento, cierra los ojos y se da cuenta que estamos acá para otra cosa, decía entre otras palabras que quedarán entre nosotros. Tenía razón. Desde allí, recuperamos una amistad, hasta el momento, por correspondencia virtual.

Un día, se me ocurrió la idea de hacer un video (que nunca terminé) y le pregunté si quería musicalizarlo. A las dos semanas me envió esta canción viajera que para mi sorpresa está inspirada en el espíritu y en muchas frases de este blog.

La canción se llama Ir Andando, se las presento y la comparto.
Espero que les guste.

 

 

Ir Andando
(una canción viajera)

Letra y música por Mariano Margarit

Apago la tele, miro al cielo y no va más.
No quiero al mundo en la pantalla.
Abro la ventana, salto y comienzo a volar.
Sólo cargo el peso de la libertad.

No ando por llegar, ando por ir a algún lugar
Que me grabe hasta los huesos su memoria.
Alcanzando el cielo, con los pies sobre la tierra
Voy dejando huellas en la sal del mar.

Hoy estoy, abriéndome a tu risa.
Dónde voy, la llevaré en mi piel.
Yo te doy, mi historia en esta voz.
Y me lanzo a correr una vez más.

Voy resucitando en cada paso, en cada sol.
Voy abriéndole la puerta al universo.
Voy de cara al viento y embriagándome de amor.
No hay más vía que el latir del corazón.

Tengo como Norte cada punto cardinal.
Tengo la fuerza que da vivir sin miedo.
Renuncié a tener, por llenar en mi morral,
El millón de rostros de la libertad.

Hoy estoy, abriéndome a tu risa.
Dónde voy, la llevaré en mi piel.
Yo te doy, mi historia en esta voz.
Y me lanzo a correr una vez más.

Hoy estoy, abriéndome a tu vida.
Dónde voy, la abrazaré en mi piel.
Yo te doy, mil gracias en tu voz.
Y me lanzo a correr una vez más.

Más canciones en
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