Mundo Paisa

Cuando de regionalismos se habla, Colombia es la campeona mundial. No hace falta más que pasearla un poco para encontrarse con varios países dentro de uno. Caribe, Pacífico, Rolos, Pastusos y Paisas, son sólo algunas de las regiones, cada una con identidad y cultura propia.

Hoy voy a ocuparme de los Paisas. Así se le llama a los oriundos del departamento de Antioquia, pero a decir verdad, por su cualidad de emprendedores, se han desparramado y echado raíces por todo el territorio con lo cual los van a encontrar en todo el país. Pero antes de seguir con mi relato, sin dar más vueltas y con el peligro de provocar una polémica, voy a soltar una máxima de mi viaje: Los Paisa son la mejor gente del mundo.Puede que suene un poco determinante, pero sin dudas, Antioquia fue el lugar dónde más cómodo estuve y el único en el cual me sentí como en casa. Eso se lo debo principalmente a su gente.

Es que si aún no han conocido a alguno, le cuento que los Paisas son divertidos, alegres y con mucha buena vibra. Como les decía anteriormente son emprendedores, buenos negociantes y trabajadores. Pero principalmente son extremadamente amables, hasta un punto increíble. Por sólo citar un ejemplo, a los viajeros nos sucede muchas veces que nos perdemos y nos vemos obligados pedir ayuda para ubicarnos. Bueno, cuando uno le pide indicaciones a un Paisa, no sólo les dirá cómo llegar, sino que les dará una serie de datos más para que lo hagan sanos y seguros, para lo cual (si tiene alguna duda) consultará a otros Paisas en la calle para deliberar sobre tu destino. Cuando se hayan puesto de acuerdo, seguramente te dirá la mejor forma de ir a donde deseas, pero se siente tan responsable por tu bienestar que lo más probable es que te termine acompañando, te invite a comer, te presente a la familia y finalmente termines en cualquier otro lugar, con un nuevo amigo.

Así es el Paisa, pero sobre todo, es orgulloso y todo el tiempo recurrente de sí mismo. Por eso, se encontrarán con todo un abanico regionalismos que van desde la cerveza hasta la comida, la arquitectura y los medios de transporte.

Bandeja Paisa: Arroz blanco, fríjoles, una tajada de aguacate (palta), carne mechada, chorizo asado, chicharrón (cerdo frito), patacones (tostadas de plátano verde frito) y huevo frito.

Todo ello, no es más que un estilo de vida a lo que yo llamo el Mundo Paisa y que los invito a recorrer por dos lugares. Medellín, la capital del imperio y Guatapé, un pueblito tradicional.

MEDELLÍN Y LA ETERNA PRIMAVERA

“Ahhhhh”. Esas fueron mis primeras palabras en Medellín. Es que luego de pasar por Cartagena y la costa colombiana, llegar a la “ciudad de la eterna primavera” (así le dicen ya que tiene el clima perfecto, ni frío, ni calor) fue realmente un alivio. No sólo lo fue para la temperatura corporal, sino para la vista, para el bolsillo y para el alma. Es que nuestra estadía allí fue como el clima, agradable. Llegamos hasta Caldas, donde nos recibió nuestro amigo blogger Daniel (Soy Mochilero) junto Camilo y Piedad, su familia, la más hermosa que conocí.

En lo que a la ciudad respecta, Medellín es la “ciudad modelo” de Colombia. Todos, hasta los Rolos(Bogotános), dejaban de lado su rivalidad y nos la recomendaban como imperdible.

Salimos a dar unas vueltas como me gusta a mí, un poco a la deriva y sin mapas. Aunque a veces me pierdo y salteo lugares importantes, me sigue encantando viajar a mi modo y dejar que la ciudad me deje ver lo que quiera mostrarme. Caminamos un rato por la coqueta zona de El Poblado y luego fue un largo deambular hasta llegar al centro. Lo que más me sorprende al ver una ciudad tan planificada son los servicios y los espacios públicos.

En principio, me quedé pasmado con el Metro (nada que envidiarle al de Madrid, por ejemplo), que no es sólo un transporte público, sino una red que incluye también buses alimentadores y teleféricos para llegar a las comunas más alejadas en las laderas de las montañas. El Metro es sin dudas, motivo de orgullo y parte de la cultura de la ciudad. “Cultura Metro”, es una campaña de concientización que la gente cumple a rajatabla, con preceptos tales como cuidar los bienes públicos, ceder el espacio a las embarazadas y hasta ayudar a los ancianos a cruzar la calle. Perdón me corrijo, lo que más me sorprendió no fue el Metro, sino la educación de los Paisas.

Pero la “chimba“ de Medellín son sus espacios públicos, sobre todo los parques. Ademas de diversas plazas y centros deportivos, la ciudad cuenta con parques muy originales en distintos puntos de la ciudad.

Uno que me gustó mucho es el Parque de los Deseos, dónde se encuentra el planetario y la universidad, punto de reunión de muchos jóvenes y estudiantes, ideal para comer un salpicón por la tarde. También recorrimos el Parque de los Pies Descalzos que tiene la particularidad de tener muchos juegos de arena, que le dan sentido a su nombre. Caminamos mucho, a pesar de la lluvia, por el Parque Arví, el pulmón de la ciudad. Se trata demiles de hectáreas de bosques naturales y senderos para hacer largas caminatas y retirarse de la ciudad con sólo tomar un teleférico.

Pero el que más me llamó más la atención fue el Parque de las Luces. Se trata de un parque que se ve que en lugar de árboles han plantado un centenar de tubos luminosos, que hacen de este un lugar muy especial, sobre todo a la noche, obviamente.

Muy cerca de allí, se puede llegar rápidamente a otro de mis favoritos, la Plaza Botero. Se encuentra frente al Museo de Antioquia, donde se exponen las principales obras del artista y está decorada con estatuas “gordas”que le dan un espíritu e identidad esencialmente Paisa.

Por último visitamos el Parque Explora y jugamos hasta cansarnos. Es un parque temático e interactivo dedicado a la ciencia, pero siempre desde un punto de vista didáctico. Hay varias áreas que elegir, nosotros optamos por el sector “Mente“. Allí encontramos diversos juegos relacionados a cómo funcionan los mecanismos mentales. Nos sorprendimos con los efectos de perspectiva, nos mareamos y nos caímos en un tuvo de luces giratorias, que hacen que uno abra los ojos y se caiga automáticamente. Pero principalmente nos reímos y muchas veces no pudimos creer lo que nuestro cerebro es capaz de hacer con los estímulos.

Medellín me resultó una ciudad acogedora, pero finalmente una ciudad. Fuera de su caos, iba a sumergirme aún mas en el Mundo Paisa, a través de la visita al corazón de Antioquia, que son sus pueblos y campesinados.

GUATAPÉ, PUEBLITO PAISA

Desde que llegué a Colombia tenia en la “mira viajera” un lugar que había visto en fotos, dónde se veía una piedra gigante que emergía sobre un paisaje soñado de lagos, islas y colinas verdes. Aquella postal resultó ser del Peñol de Guatapé, un típico pueblito paisa a unas pocas horas de Medellín.

Como les dije, lo único que conocía era la fotografía y como era de esperar, cuando llegué allí me llevé algunas sorpresas. La mala, que el lago es un embalse que por razones técnicas estaba bastante bajo. Las buenas, un sitio que es alucinante y un pueblo hermoso que no tenía en mis planes.

Guatapé es llamado “el pueblo de los zócalos”, porque no sé por qué, los paisas tienen un apodo para cada lugar. La belleza del Guatapé radica en dos particularidades: La primera, es que el pueblo está pintado de todos colores con arquitectura típicamente antioqueña. La segunda, y la que define el apodo, es absolutamente todas las casas tienen en sus frentes una decoración de zócalos. Resulta que los habitantes del pueblo se han puesto de acuerdo, generando una tradición y motivo de competencia, sobre quién tiene los mejores zócalos. Por lo general el dibujo elegido tiene un sentido coherente con algo de la casa. Por ejemplo, si el dueño de la casa es músico, los zócalos serán notas musicales. En cambio si es campesino, médico, si en la casa se venden frutas o helados tendrá un dibujo alegórico al motivo que sea.

Junto a una pequeña comunidad viajera y amigos, nos quedamos a acampar unos días. Acampamos en una isla a la cual, como el lago estaba lo suficientemente bajo, pudimos llegar caminando. Por la tarde recorrimos el pueblo, de callecitas angostas y adoquinadas. Nos encantamos con la pintoresca plaza principal y luego hicimos una larga caminata hasta llegar a la piedra del Peñol. Allí nos cansamos de sacarle fotos a un paisaje que tiene una especie de imán para la vista y para la cámara.

Pero más allá de los paseos y los paisajes, tanto en la metrópoli de Medellín o en cualquier pueblito paisa, lo más interesante es su cultura. Es encontrarse con su arte, su ritmo y su forma de vida, deleitarse con sus sabores y sobre todo disfrutar la calidad de su gente. Eso es vivir el Mundo Paisa.